La técnica de ordenamiento de tarjetas permite validar con usuarios la arquitectura de información de una interfaz.
La arquitectura de información, además de ser una de las tres disciplinas fundamentales del campo de experiencia de usuario, constituye uno de los aspectos que normalmente condensan la mayor cantidad de problemas de usabilidad en una interfaz.
Estos problemas están relacionados con tres decisiones respecto a cómo ordenar los contenidos:
- Agrupación: qué contenidos están relacionados entre sí.
- Jerarquización: cuáles contenidos están subordinados y de qué forma.
- Rotulado: cómo se nombran los distintos grupos de contenidos.
Para responder a estas tres preguntas desde la metodología de diseño centrado en el usuario, se utiliza la técnica de ordenamiento de tarjetas.
Planificación en 7 pasos
- Elaborar un inventario de los contenidos: consiste en una lista con todas las secciones y subsecciones que componen la interfaz. Si se trata de una interfaz grande (más de 25 secciones) es recomendable volcar la lista en un archivo Excel, dado que esto facilitará su visualización y administración posterior. Para aquellos casos donde exista previamente una arquitectura de información (Ej: en el caso de un proyecto de rediseño) se deben inventariar todas las secciones y subsecciones, por lo menos hasta un tercer nivel de profundidad o jerarquía (Ej: sección, subsección y sub-subsección).
- Definir el perfil de los usuarios: aquí aplican las mismas reglas que en el caso de las pruebas de usabilidad. Es decir, se deberá precisar qué variables deben tenerse en cuenta para dar con el target buscado. Puede tratarse de variables geográficas (país, estado, ciudad) demográficas (edad, sexo, educación, etc.) psicográficas (nivel socioeconómico, estilo de vida, etc.) o conductuales (cliente, no cliente, etc.)
- Imprimir las tarjetas: el listado elaborado en el inventario deberá imprimirse en tarjetas o notas autoadhesivas tipo postit a razón de un rótulo por tarjeta.
- Preparar las planillas de registro: además se deberá preparar un documento Excel para ir registrando los resultados de cada prueba. Normalmente los datos que nos interesan son la cantidad de veces que una determinada tarjeta aparece relacionada con otras o en determinado lugar.
- Reclutar al menos 15 usuarios: el proceso de reclutamiento consiste básicamente en contactar a una lista de candidatos que coincidan con el perfil definido hasta tener confirmadas al menos 15 personas.
- Realizar las pruebas: la dinámica de la técnica es muy simple. Consiste en colocar en la mesa las tarjetas y pedirles a los usuarios que las agrupen, jerarquicen y nombren según consideran más apropiado. Mientras realizan la tarea es necesario que relaten su proceso de razonamiento (Thinking Aloud). Cuando el usuario finaliza, el moderador puede realizar algunas preguntas para precisar ciertas decisiones que haya tomado el usuario y, por último, se registra la disposición final de las tarjetas. En general, la sesión es individual aunque también puede realizarse en pequeños grupos de no más de 4 personas, cada una con su juego de tarjetas. La duración total de cada sesión no debería ser mayor a 30 minutos.
- Extraer conclusiones: una vez que se han realizado la totalidad de las sesiones, se deben consolidar los resultados en el archivo Excel. Una forma de hacerlo es crear un listado ordenando las tarjetas de mayor a menor según el porcentaje de veces que hayan aparecido en una determinada categoría. Una regla simple es considerar aquellas tarjetas que hayan aparecido más del 50% de las veces en una misma categoría como correctas y aquellas que hayan obtenido un porcentaje menor indefinidas y, por lo tanto, analizar cada caso en particular.
Pruebas abiertas y pruebas cerradas
La técnica de ordenamiento de tarjetas puede realizarse de manera abierta o cerrada. Se denominan abiertas cuando los usuarios pueden modificar el juego de tarjetas con el que se trabaja, por ejemplo cambiándole el rótulo a un grupo de tarjetas. En cambio, son cerradas cuando las tarjetas, sus rótulos y categorías no pueden alterarse por los usuarios.
La técnica es lo suficientemente flexible como para permitir también híbridos donde los usuarios puedan modificar, por ejemplo, el nombre de las categorías agrupadoras pero no el nombre de las tarjetas.
Desde luego, cuanto más abierta es la técnica más difícil será extraer conclusiones consistentes, por lo que es recomendable cierto grado de control sobre las variables.
Finalmente, la información obtenida como resultado de la aplicación de esta técnica puede servir para la elaboración de un mapa de sitio, donde se muestre la arquitectura de información de la interfaz, identificando secciones principales, subsecciones y las relaciones entre ellas.
Utilizando
esta técnica es posible reducir
significativamente los problemas de usabilidad relacionados con una
incorrecta arquitectura de información. La participación de usuarios reales es
fundamental y es el principio que asegura un mejor resultado final.
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